— Material Terapéutico

Las emociones y la ansiedad

Las emociones y la ansiedad

¿QUÉ ES LA ANSIEDAD?

Para conocer mejor la Ansiedad primero hablemos de 

¿qué son las emociones?

 

Lo primero que tenemos que tener muy en cuenta, es que las emociones no son negativas o positivas. Nos pueden resultar más o menos desagradables dependiendo del grado, de la intensidad o del momento en el que se presenten, pero no las debemos catalogar como positivas o negativas.

Son reacciones de las personas ante situaciones relevantes (peligro, amenaza, daño, pérdida, éxito, etc.) de carácter universal, que producen cambios en la experiencia afectiva (cómo nos sentimos), activación fisiológica (qué notamos en nuestro cuerpo) y expresión (expresamos a nivel facial y corporal y también a través de cómo nos comportamos). A veces las situaciones no son peligrosas o amenazantes pero las personas las podemos interpretar como tales, lo que hace que estas emociones aparezcan o se intensifiquen.

Como hemos dicho, pueden ser placenteras o desagradables y van acompañadas por la percepción de cambios orgánicos.

Por lo general, surgen como una reacción a una situación concreta, relevante para la persona, aunque también puede provocarlas información interna como recuerdos o pensamientos

 Son importantes porque:

  • Nos activan para responder mejor, tener más energía ante situaciones importantes.
  • Movilizan nuestros recursos cognitivos: atención, memoria, lenguaje.
  • Cambia nuestro comportamiento, nos prepara para la acción, para dar una respuesta más ágil, nos producen aproximación, evitación, rechazo, etc.

 

 

SITUACIONES

EMOCIONES

Peligro

Amenaza

Pérdida

Daño

Éxito

Miedo

Ansiedad

Tristeza

Ira

Alegría

 

¿Cuándo las emociones son un problema?

  • Si generan mucho malestar psicológico (malestar, tensión, pérdida de control)
  • Si generan alta activación en nuestro cuerpo (palpitaciones, respiración agitada).
  • Si afectan negativamente a nuestra salud.
  • Si dificultan nuestro rendimiento diario.
  • Si generan otros tipos de comportamientos como evitar ir a determinados sitios, inquietud motora o movimientos repetitivos, inapetencia a la hora de estar con otras personas, hablar, salir, realizar actividades…

 

 

El crecimiento emocional implica aprender a:

 

  1. Pararnos con nosotros mismos, aprender a escuchar nuestras emociones y poder estar con ellas. A veces no les damos su espacio porque hemos aprendido quizá que a algunas no hay que dárselo o no están bien valoradas.
  1. Las emociones son señales, nos mandan información sobre nosotros mismos o lo que necesitamos y de la acción necesaria para obtenerlo.
  1. Las emociones fluyen, a veces el tratar de "controlarlas" provoca el efecto contrario, aprendemos a modularlas y regularlas pero no a reprimirlas o actuar de manera muy reactiva a ellas, aunque sean desagradables.
  1. Lo que me genera malestar no es muchas veces lo que siento, sino lo que me digo acerca de lo que siento y lo que hago con ello, como "si siento esto significa que soy...", "no debería de sentir esto", "no lo soporto"... Nos ayuda tomar conciencia sobre el diálogo interior e introducir cambios como herramienta de autorregulación.
  1. He de darme permiso para sentir, es un proceso natural, a veces se aprende que ciertos estados son negativos o no quiero repetir estados emocionales que he visto en mi entorno y por ello trato de “enterrar” ciertas emociones, lo que produce el efecto contrario, generando otras emociones más perjudiciales o apareciendo de forma explosiva en otros momentos.

Así que en este sentido, permítete tus emociones, aprende a escucharte más, desde la comprensión y el respeto por las mismas y aprende a preguntarles qué necesitan, por qué o para qué están ahí. Esto puede suponer un gran cambio.


¿Qué es la Ansiedad?

La ansiedad es una emoción natural que nos pone en alerta ante un posible resultado negativo. Por tanto, tiene valor adaptativo. Nos prepara para cambiar ese posible resultado negativo.

Esta reacción en principio es buena, puesto que nos ayuda a prepararnos, a poner en marcha los recursos, la energía suficiente para actuar, para obtener un resultado positivo, como por ejemplo dar una buena imagen o superar algún tipo de prueba. Pero puede llegar a hacerse desagradable. El temor a la ansiedad (al malestar que produce) lleva a algunas personas a evitar las situaciones que suelen provocarla. Algunas personas evitan la situación, llegando a sentir náuseas, vómitos, diarrea, etc., si intentan abordarla.





La ansiedad actúa sobre nuestros procesos mentales (atención, concentración, memoria, etc.)

El efecto puede ser positivo o negativo, dependiendo de la cantidad de ansiedad. En una primera etapa (cuando es moderada) mejora nuestro rendimiento:

  1. La preocupación inicial nos pone en marcha
  2. Inicialmente la ansiedad nos alerta
  3. Tenemos más capacidad para relacionar conceptos
  4. Pensamos más deprisa, anticipamos, etc.
  5. Nuestra conducta es más ágil, más rápida
  6. Cuando la ansiedad se eleva nos ponemos  muy nerviosos.
  7. Se sufren fracasos ante las situaciones no porque  nos falte capacidad, sino por estos niveles extremos de ansiedad.

Además, la ansiedad afecta a diferentes niveles:

 

COGNITIVO

Preocupación

Pensamientos negativos: inferioridad, incapacidad.

Anticipación de peligro o amenaza

Dificultad para concentrarse

Dificultad para tomar decisiones

Sensación general de desorganización o pérdida de control sobre el ambiente, acompañada de dificultad para pensar con claridad

Inseguridad

Aprensión

FISIOLÓGICO

Palpitaciones, pulso rápido, accesos de calor

Sensación de sofoco, ahogo, respiración rápida y superficial, opresión torácica

Nauseas, vómitos, diarrea, molestias digestivas

Micciones frecuentes

Tensión muscular, temblores, hormigueo, dolor de cabeza, fatiga excesiva

Sequedad de boca, sudoración excesiva, mareo

MOTOR

Movimientos repetitivos

Hiperactividad

Paralización motora

Movimientos torpes o desorganizados

Tartamudeo y otras dificultades de expresión verbal

Evitación de situaciones o lugares

Morderse las uñas

Comer, beber o fumar en exceso

 

En resumen: la Ansiedad puede ser definida como una respuesta emocional que engloba aspectos cognitivos displacenteros de tensión y aprensión, aspectos fisiológicos caracterizados por un alto grado de activación del sistema nervioso y aspectos motores que suelen implicar comportamientos poco ajustados y escasamente adaptativos. La respuesta de Ansiedad puede aparecer por estímulos externos o situaciones o por estímulos internos, como pensamientos, ideas, imágenes, etc., que son percibidos como peligrosos o amenazantes. Esta emoción afecta a nuestra vida cotidiana y a nuestras actividades.

Además, hay otro dato importante que contribuye a aumentar nuestra ansiedad y es que nuestro cerebro tienes SESGOS:

SESGO ATENCIONAL: cuando aparece la ansiedad es porque una parte de nuestro cerebro está activando una señal de ALARMA (esto forma parte de nuestra evolución para defendernos de peligros, pero como hemos visto, a veces interpretamos información de manera alarmante y muchas veces no es así). Este sesgo hace que ampliemos nuestra atención hacia las cosas que nos preocupan y no veamos otras y en ocasiones puede hasta amplificar nuestras sensaciones corporales. Por ejemplo, cuando hemos sufrido alguna crisis de ansiedad, con esos síntomas físicos tan molestos, en cuanto noto alguna pequeña señal de mi cuerpo, llevo allí toda mi atención, por ejemplo al ritmo cardiaco, y me quedo observando con toda mi atención, lo que hace que tenga una "visión de túnel" y ya no vea nada más. Esta hiperatención, a su vez puede hacer que aumente mi ritmo cardiaco ya que se suma la preocupación. Y al final puedo estarme generando más ansiedad.

SESGO DE CONFIRMACIÓN: nuestro cerebro tiende a focalizarse más en la información que reconfirma mis creencias, descartando otra información. Por ejemplo, si tengo la creencia de que puedo enfermar porque hoy en día todo el mundo enferma, cada vez que vea alguien enfermo, una noticia en la televisión o alguien me cuente que alguien conocido ha enfermado, toda mi atención se quedará con esa información, descartando la información sobre toda la gente que está sana.


Esta es una información general sobre la Ansiedad, su funcionamiento y sus componentes. Si te sientes identificado con alguno de los apartados es importante que busques ayuda profesional para entender cómo se aplica todo esto en tu caso, y de forma personalizada para su tratamiento.

¿QUÉ ES LA ANSIEDAD?

Para conocer mejor la Ansiedad primero hablemos de 

¿qué son las emociones?

 

Lo primero que tenemos que tener muy en cuenta, es que las emociones no son negativas o positivas. Nos pueden resultar más o menos desagradables dependiendo del grado, de la intensidad o del momento en el que se presenten, pero no las debemos catalogar como positivas o negativas.

Son reacciones de las personas ante situaciones relevantes (peligro, amenaza, daño, pérdida, éxito, etc.) de carácter universal, que producen cambios en la experiencia afectiva (cómo nos sentimos), activación fisiológica (qué notamos en nuestro cuerpo) y expresión (expresamos a nivel facial y corporal y también a través de cómo nos comportamos). A veces las situaciones no son peligrosas o amenazantes pero las personas las podemos interpretar como tales, lo que hace que estas emociones aparezcan o se intensifiquen.

Como hemos dicho, pueden ser placenteras o desagradables y van acompañadas por la percepción de cambios orgánicos.

Por lo general, surgen como una reacción a una situación concreta, relevante para la persona, aunque también puede provocarlas información interna como recuerdos o pensamientos

 Son importantes porque:

  • Nos activan para responder mejor, tener más energía ante situaciones importantes.
  • Movilizan nuestros recursos cognitivos: atención, memoria, lenguaje.
  • Cambia nuestro comportamiento, nos prepara para la acción, para dar una respuesta más ágil, nos producen aproximación, evitación, rechazo, etc.

 

 

SITUACIONES

EMOCIONES

Peligro

Amenaza

Pérdida

Daño

Éxito

Miedo

Ansiedad

Tristeza

Ira

Alegría

 

¿Cuándo las emociones son un problema?

  • Si generan mucho malestar psicológico (malestar, tensión, pérdida de control)
  • Si generan alta activación en nuestro cuerpo (palpitaciones, respiración agitada).
  • Si afectan negativamente a nuestra salud.
  • Si dificultan nuestro rendimiento diario.
  • Si generan otros tipos de comportamientos como evitar ir a determinados sitios, inquietud motora o movimientos repetitivos, inapetencia a la hora de estar con otras personas, hablar, salir, realizar actividades…

 

 

El crecimiento emocional implica aprender a:

 

  1. Pararnos con nosotros mismos, aprender a escuchar nuestras emociones y poder estar con ellas. A veces no les damos su espacio porque hemos aprendido quizá que a algunas no hay que dárselo o no están bien valoradas.
  1. Las emociones son señales, nos mandan información sobre nosotros mismos o lo que necesitamos y de la acción necesaria para obtenerlo.
  1. Las emociones fluyen, a veces el tratar de "controlarlas" provoca el efecto contrario, aprendemos a modularlas y regularlas pero no a reprimirlas o actuar de manera muy reactiva a ellas, aunque sean desagradables.
  1. Lo que me genera malestar no es muchas veces lo que siento, sino lo que me digo acerca de lo que siento y lo que hago con ello, como "si siento esto significa que soy...", "no debería de sentir esto", "no lo soporto"... Nos ayuda tomar conciencia sobre el diálogo interior e introducir cambios como herramienta de autorregulación.
  1. He de darme permiso para sentir, es un proceso natural, a veces se aprende que ciertos estados son negativos o no quiero repetir estados emocionales que he visto en mi entorno y por ello trato de “enterrar” ciertas emociones, lo que produce el efecto contrario, generando otras emociones más perjudiciales o apareciendo de forma explosiva en otros momentos.

Así que en este sentido, permítete tus emociones, aprende a escucharte más, desde la comprensión y el respeto por las mismas y aprende a preguntarles qué necesitan, por qué o para qué están ahí. Esto puede suponer un gran cambio.


¿Qué es la Ansiedad?

La ansiedad es una emoción natural que nos pone en alerta ante un posible resultado negativo. Por tanto, tiene valor adaptativo. Nos prepara para cambiar ese posible resultado negativo.

Esta reacción en principio es buena, puesto que nos ayuda a prepararnos, a poner en marcha los recursos, la energía suficiente para actuar, para obtener un resultado positivo, como por ejemplo dar una buena imagen o superar algún tipo de prueba. Pero puede llegar a hacerse desagradable. El temor a la ansiedad (al malestar que produce) lleva a algunas personas a evitar las situaciones que suelen provocarla. Algunas personas evitan la situación, llegando a sentir náuseas, vómitos, diarrea, etc., si intentan abordarla.





La ansiedad actúa sobre nuestros procesos mentales (atención, concentración, memoria, etc.)

El efecto puede ser positivo o negativo, dependiendo de la cantidad de ansiedad. En una primera etapa (cuando es moderada) mejora nuestro rendimiento:

  1. La preocupación inicial nos pone en marcha
  2. Inicialmente la ansiedad nos alerta
  3. Tenemos más capacidad para relacionar conceptos
  4. Pensamos más deprisa, anticipamos, etc.
  5. Nuestra conducta es más ágil, más rápida
  6. Cuando la ansiedad se eleva nos ponemos  muy nerviosos.
  7. Se sufren fracasos ante las situaciones no porque  nos falte capacidad, sino por estos niveles extremos de ansiedad.

Además, la ansiedad afecta a diferentes niveles:

 

COGNITIVO

Preocupación

Pensamientos negativos: inferioridad, incapacidad.

Anticipación de peligro o amenaza

Dificultad para concentrarse

Dificultad para tomar decisiones

Sensación general de desorganización o pérdida de control sobre el ambiente, acompañada de dificultad para pensar con claridad

Inseguridad

Aprensión

FISIOLÓGICO

Palpitaciones, pulso rápido, accesos de calor

Sensación de sofoco, ahogo, respiración rápida y superficial, opresión torácica

Nauseas, vómitos, diarrea, molestias digestivas

Micciones frecuentes

Tensión muscular, temblores, hormigueo, dolor de cabeza, fatiga excesiva

Sequedad de boca, sudoración excesiva, mareo

MOTOR

Movimientos repetitivos

Hiperactividad

Paralización motora

Movimientos torpes o desorganizados

Tartamudeo y otras dificultades de expresión verbal

Evitación de situaciones o lugares

Morderse las uñas

Comer, beber o fumar en exceso

 

En resumen: la Ansiedad puede ser definida como una respuesta emocional que engloba aspectos cognitivos displacenteros de tensión y aprensión, aspectos fisiológicos caracterizados por un alto grado de activación del sistema nervioso y aspectos motores que suelen implicar comportamientos poco ajustados y escasamente adaptativos. La respuesta de Ansiedad puede aparecer por estímulos externos o situaciones o por estímulos internos, como pensamientos, ideas, imágenes, etc., que son percibidos como peligrosos o amenazantes. Esta emoción afecta a nuestra vida cotidiana y a nuestras actividades.

Además, hay otro dato importante que contribuye a aumentar nuestra ansiedad y es que nuestro cerebro tienes SESGOS:

SESGO ATENCIONAL: cuando aparece la ansiedad es porque una parte de nuestro cerebro está activando una señal de ALARMA (esto forma parte de nuestra evolución para defendernos de peligros, pero como hemos visto, a veces interpretamos información de manera alarmante y muchas veces no es así). Este sesgo hace que ampliemos nuestra atención hacia las cosas que nos preocupan y no veamos otras y en ocasiones puede hasta amplificar nuestras sensaciones corporales. Por ejemplo, cuando hemos sufrido alguna crisis de ansiedad, con esos síntomas físicos tan molestos, en cuanto noto alguna pequeña señal de mi cuerpo, llevo allí toda mi atención, por ejemplo al ritmo cardiaco, y me quedo observando con toda mi atención, lo que hace que tenga una "visión de túnel" y ya no vea nada más. Esta hiperatención, a su vez puede hacer que aumente mi ritmo cardiaco ya que se suma la preocupación. Y al final puedo estarme generando más ansiedad.

SESGO DE CONFIRMACIÓN: nuestro cerebro tiende a focalizarse más en la información que reconfirma mis creencias, descartando otra información. Por ejemplo, si tengo la creencia de que puedo enfermar porque hoy en día todo el mundo enferma, cada vez que vea alguien enfermo, una noticia en la televisión o alguien me cuente que alguien conocido ha enfermado, toda mi atención se quedará con esa información, descartando la información sobre toda la gente que está sana.


Esta es una información general sobre la Ansiedad, su funcionamiento y sus componentes. Si te sientes identificado con alguno de los apartados es importante que busques ayuda profesional para entender cómo se aplica todo esto en tu caso, y de forma personalizada para su tratamiento.


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